domingo, 7 de julio de 2019

Pasión que inició con "El preso"



Hoy es un día propicio para celebrar la vida , el motivo , celebrar la vida de quien tanta alegría nos ha regalado con su universo musical espléndido, colorido, diverso, potente, alegre y contundente a la hora de plasmar nuestra identidad colombiana; un día para celebrar la vida de “el Cocinero MayorJulio Ernesto Estrada Rincón , el maestro Fruko .  

El maestro Fruko sin duda alguna es el referente artístico que ha inspirado muchas obras al rededor de su vida, y hoy desde este espacio queremos compartirles un texto escrito en el reciente libro  VINCULACIONES del autor Dominicano Alexis Méndez, publicado por el sello disquero colombiano Discos Fuentes. Sin duda alguna, este texto nos da una mirada de cómo el talento de nuestro máximo exponente de la salsa hecha en Colombia es valorado en el paradisíaco país de La República Dominicana.

(…) y el coro más importante se lo debo a la colonia dominicana en Manhattan, cuando hemos tocado en los sitios dominicanos. Hacen un coro con una fuerza y un cariño tremendo. ”Hay una compenetración…” 

Fruko hablaba del tema que él considera su fachada musical: “El preso”.

Muchos podrán pensar que este buscaba ser amable frente a un dominicano que, a su llegada a Medellín, lo primero que quiso fue hacerle una entrevista al que muchos, dentro y fuera de Colombia, consideran el más alto representante de la salsa de su país. Pero todo lo que me decía encajaba a la perfección, pues esa comunidad dominicana que se imponía en Nueva York, durante el segundo lustro de los 70, era la misma que a pesar del monopolio construido por el sello Fania y sus subsidiarias, pedían a gritos los temas que muchos habían escuchado en su tierra natal antes de viajar o durante las asiduas vacaciones de navidad o verano en su tierra. 

Fue intensa la conectividad, y muchos los comentarios en torno a la República Dominicana. Entre otras cosas, me preguntó si aún existía la emisora Radio Guarachita. Además, me comentó de los afectos que compartía con Radhamés Aracena. También cantó un poco del merengue “A lo oscuro”, el cual conoció en la versión de Ángel Viloria, y se refirió a Billo Frómeta, resaltándolo como un excelente músico dominicano que en Venezuela formó y dirigió la que él considera la más impactante orquesta de música tropical de todos los tiempos: La Billo´s Caracas Boys.

El rostro de Fruko se mostró más complaciente cuando le dije que su trabajo, más allá de “El preso”, es admirado por los dominicanos amantes de la salsa. Pensaba que sólo ese tema había quedado en la memoria. Ignoraba que durante el segundo lustro de los 90 y la primera década del siglo XXI, su figura fue revalorizada, gracias a la popularidad de grabaciones como “El nuevo caimán” y sus versiones de “Cachondea” y “Toma jabón pa que lave”. Antes, se mantenía la llama con algunos que llegaron a modo de rarezas, difundidos por coleccionistas. El más significativo ejemplo es “Polizón”, que sonó en la radio con insistencia, gracias a que el público lo convirtió en éxito en las pistas de baile, impulsado por la insistencia de los coleccionistas de salsa, quienes marcaban, y aún marcan, tendencias.

Así pasé la tarde del viernes, 20 de diciembre de 2013, sentado frente a la figura imponente, al gurú, a ese que los principiantes buscan y del que los veteranos esperan escuchar algo. Me refiero a Julio Ernesto Estrada Rincón, quien hizo de esa salsa producida en Colombia, un producto internacional, y lo hizo sin dejar de lado elementos de su tradición tropical.

Aunque tocamos muchos aspectos de su carrera musical, traté de que nos concentráramos en 1975, luego tocar otros puntos, haciendo una retrospectiva, y después, continuar más allá. El asunto es que, en ese año, el mundo salsero tarareó y bailó por primera vez, el ritmo y la melodía que acompañaban las letras que rezan: “En el mundo en que yo vivo / siempre hay cuatro esquinas /pero entre esquina y esquina siempre habrá lo mismo…” La antesala había sido larga y quería ahondar en aquella canción que se convirtió en símbolo sonoro de los barrios de Santo Domingo, también en Puerto Rico y Venezuela, en muchos lugares de Latinoamérica y más allá.

Comentó que, gracias a la popularidad de “El preso”, pudo alternar en Nueva York con muchos colegas, entre los que estaban Héctor Lavoe, con quien compartió tarima en El Corso; Las Estrellas de Fania y Wilfrido Vargas y sus Beduinos, con quienes se presentó en el Madison Square Garden.
Además, aseguró tener pruebas de que este es uno de los cinco temas salseros más escuchados en el mundo. De los demás no quiso hablar, y yo no intenté preguntarle, pues como había dicho, el tiempo corría y al maestro lo esperaban más personas…

Tras su salida al mercado, “El preso” no tardó mucho en darse a conocer en la República Dominicana. La difusión radial se hizo intensa e inmediata gracias a que Radio Guarachita lo hizo popular. En medio de las estrategias de promoción que dieron a conocer el catálogo Discos Fuentes, los álbumes de Fruko, que antecedían a 1975, tuvieron su difusión. Estos son: “Tesura” (1970),
“A la memoria del muerto” (1972), “El bueno” (1972), “La fruta bomba” (1973), “Fruko el bueno, ayunando” (1973), “El violento” (1973) y “El caminante” (1973).

De algunos de estos se extraen varios temas que llamaron la atención y otros que llegaron a tener éxito moderado: “El vidriero”, “A la memoria del muerto”, “La fruta bomba”, “La cara del payaso”, “María la O”, “El muerto vivo”, “El ausente”, “Fruko Power”, “Tronco seco”, “Tania” y “El caminante”.
Fueron temas que aportaron al disfrute de fiestas caseras y bares donde la gente iba a bailar toda la gama de música tropical. Algunos como “La cara del payaso” y “El ausente”, eran los preferidos de aquellos que, además de los ritmos caribeños, bailaban la música procedente de Estados Unidos. 
Sentían una fusión que se acomodaba a los pasos de ambos mundos.

Mas adelante el autor describe: ''Un tema de alta recordación es “A la memoria del muerto”, el cual se escuchó por primera vez en época navideña. Su ritmo invita al baile, y sus letras a celebrar la vida del que ha fallecido: “(…) El día que yo me muera / no quiero llanto, ni rezo / pregúntenle a Jaime Ayala / que es ahora, vivo o muerto…” Pero en medio del gozo de las fiestas, causaba tristeza, pues apelaba al recuerdo de los seres queridos que ya no están, imágenes que afloran con más ahínco en esa época del año. En una tertulia de melómanos y bailadores, todos adolescentes setenteros, escuché decir que este entró al repertorio de la Navidad dominicana, a pesar de que sus letras no se refieren a esta celebración, ni en lo lúdico, ni en lo religioso. Sin embargo, ninguno de los temas citados logró el impacto de “El preso”, el cual marcó un antes y un después en la popularidad de Fruko y sus Tesos frente al pueblo dominicano ''.

La llegada de este tema coincide con años de convulsión política en la República Dominicana. Se vivía el segundo mandato y el tercer período consecutivo de Joaquín Balaguer en la presidencia; 12 años inolvidables porque coartaron los derechos de los ciudadanos y por la significativa lista de
jóvenes muertos generados. En ese ambiente creció el número de presos políticos, y otros que sencillamente fueron víctimas de una represión intensa, la cual encontró férrea resistencia por parte de organizaciones partidistas, y no partidistas, de la sociedad dominicana. Es el caso del Comité Revolucionario Camilo Torres (Corecato), inspirado en el sacerdote colombiano Camilo Torres
Restrepo, quien fuera miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia.

Para muchos que vivieron esa realidad, el tema de Fruko y sus Tesos fue desahogo. También para sus familiares que, voluntaria o involuntariamente, lo escuchaban en los distintos barrios de Santo Domingo. Con el tiempo “El preso” pasó a ser atemporal, aludiendo a todos los que, sin importar el motivo, se encuentran bajo rejas, y sin importar que estos sean amantes o no de la salsa.

El tema, de la autoría de Álvaro Velásquez, marcó el primer punto luminoso de la salsa colombiana en Santo Domingo. El mismo, forma parte de esa oleada de música tropical que entró al país bajo la sombrilla de Discos Fuentes.

Otro, posiblemente el segundo en generar gran impacto, fue “Báilame como quieras”, interpretado por The Latin Brothers, del álbum que lleva el mismo nombre (1977). A partir de entonces, una amplia estela de temas y bandas han escrito esta historia, la de la salsa colombiana en barrios dominicanos.

En 2017 nos volvimos a encontrar, esta vez por videoconferencia. Gracias a la tecnología retomamos nuestra conversación. Hablamos de esa relación que, entre dominicanos y colombianos se siente tan orgánica, que, según su parecer, se debe al origen arahuaco de los primeros habitantes de la costa
Caribe de Colombia y de las Antillas. Asegura que, “de ahí que los mensajes del vallenato tengan la metódica para que en la bachata se escuchen de película”. 

También hablamos de las propuestas paralelas a su banda salsera donde se plasmaron sus ideas: The Latin Brothers, Afrosound y Wganda kenya. Estas tienen alta recordación entre personas que pasan los 40 años de edad. Las mismas son vinculadas a la programación de Radio Guarachita. También
hablamos del condimento tropical colombiano presente en su salsa, de lo que pudo explicar:

Debe venir de mi paso por Los Corraleros de Majagual. Con ellos comencé. En medio de esa experiencia, pude alternar con las grandes orquestas: Richie Ray y Bobby Cruz, Willie Colón con Héctor Lavoe, Ray Barretto con Adalberto Santiago. En esos inicios conocí la salsa en Nueva
York y en Venezuela, en La Guajira, donde se hacían unos festivales y donde se duraban tres días tocando salsa. Allá conocí a Joe Cuba con Cheo Feliciano. De esa manera, con mi paso por Los Corraleros y con ese contacto, me fui adentrando para constituir a Fruko y sus Tesos como la
orquesta pionera de la salsa en Colombia.” 

Texto tomado del libro VINCULACIONES -Miradas a la relación musical entre Colombia y La República Dominicana. editorial Discos Fuentes y Fundación Música Maestro. 

Es así, como el autor dominicano nos muestra en su obra como la sonoridad colombiana llega y es registrada , y aún en estos días es recordada por la sociedad dominicana, siendo él un ejemplo de persona que admira y valora la labor del maestro Fruko como máximo exponente de la salsa hecha en nuestro país y por quien nos identifican a kilómetros de distancia.




Sandra Cano
Esp. en Gestión de Proyectos
La salsa en Medellín












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